Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
El objetivo 8 es probablemente el más complejo pero, sin duda, el más importante. Se refiere a los esfuerzos que tendrán que hacer los países ricos para que los Objetivos del Milenio sean realizables puesto que, sin ayuda exterior, los países en desarrollo no podrán superar las enormes limitaciones estructurales que pesan sobre ellos.
Los países ricos deberán realizar cambios en las estructuras siguientes:
- Sistema comercial y financiero (aranceles, políticas de subvenciones, etc.)
- Atender las necesidades específicas de los países menos adelantados, de los países sin litoral y de los pequeños Estados insulares en desarrollo.
- Encarar de manera global los problemas de la deuda de los países en desarrollo.
- Crear empleos productivos y dignos para los jóvenes.
- En cooperación con las empresas farmacéuticas, proponer medicamentos accesibles a todos en los países en desarrollo.
- En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías.
Es absolutamente vital que los países ricos aumenten su ayuda financiera directa al desarrollo. Si queremos que los ODM se cumplan de aquí a 2015, es necesario que los países ricos fijen su ayuda en el 0,5% de su renta nacional bruta.
Cifras
El importe que dedican los 30 países de la OCDE a sus subsidios a la agricultura es superior al Producto Interior Bruto (PIB) del África subsahariana en su totalidad.
Entre 1990 y 2001, los países donantes han reducido su ayuda al desarrollo. El porcentaje de su PIB ha pasado de 0,33% a 0,22%. Esto dista mucho del 0,7% que los países ricos prometieron alcanzar en las conferencias de Monterrey y de Johannesburgo.